fbpx

Premios, castigos… porque no mejor consecuencias y refuerzos positivos

Uno de los desafíos como madres y padres es el cómo educar sin lastimar.

Habitualmente y por muchos años se utiliza un “castigo” para una mala acción y eso parece correcto, ¿verdad? 

Revisemos el significado de castigo: “pena que se impone a la persona que ha cometido un delito o una falta o ha tenido un mal comportamiento”. Al utilizar palabra pena, nos da indicios que la persona debe sufrir por el acto, y que la magnitud del sufrimiento va en relación del acto. Pero cuando nos acordamos de los castigos de generaciones pasadas, ¿era realmente acordes al acto en sí? Mi papá me contaba de sus travesuras en la escuela y como su profesor lo castigaba, dejándolo por horas de rodilla sobre maíz con los brazos de frente con una regla que no se podía caer… para mi algo desmedido para un niño independientemente de su actuar.

¿El actuar de un niño tiene realmente una intención de causar mal, de maldad? Los niños en general buscan explorar, sobretodo los menores de los 7 años. Ellos están descubriendo quienes son, intentan separarse de mamá y papá, buscan que pueden hacer y exploran los límites con sus cuidadores, para ver hasta dónde pueden llegar. También buscan, aunque de forma disfuncional, conectar con sus padres, cuantas veces los niños están jugando solos y no interactuamos con ellos, sin embargo, a penas hacen “algo malo” les llamamos la atención.

Por otro lado, tienen una inmadurez de su inteligencia emocional, por lo que muchas veces su actuar va asociado al no poder reconocer su sentir. Esto ocurre en su mayoría con el enojo y el miedo.

Entonces, ¿cómo diferenciar las consecuencias de los castigos? Una consecuencia es natural o lógica y congruente con el acto realizado. No busca crear dolor, es una enseñanza. Por ejemplo, si tu hijo desordena su cuarto, la consecuencia sería que recoja y guarde todo en su lugar. Si sacó algo sin pagar de una tienda, la consecuencia es que se regrese, lo devuelva o lo pague. 

Las consecuencias deben ser acorde y congruente con el acto. Si tomamos como ejemplo, un niño que se usó la Tablet sin permiso o a deshoras, una consecuencia lógica sería que no la utilice por un día o según el tiempo consumido. En este caso, además, él debe saber previamente, cuál será la consecuencia si no cumple el contrato. 

En ejemplo, una consecuencia desmedida sería que además de privarle la Tablet, le sacas la televisión, el computador, por 1 mes, siendo que este último lo ocupa para sus clases. Otro ejemplo sería, que vaya a lavar todos los platos de la cena, consecuencia que no tiene nada que ver con el acto en sí.

Cuando tienen más de 6 años, ellos ya pueden visualizar la consecuencia, por lo que es importante preguntarles: ¿Qué consecuencias deberías tener? Esto ayuda tremendamente a la reflexión y autocrítica.

Muchas veces como padres, intentamos que ellos no sufran de estas consecuencias, como por ejemplo cuando un adolescente no quiere bañarse o aplicarse desodorante. La consecuencia natural es que tengan mal olor y la lógica es que alguien se los diga, se aparten, lo rechacen o se burle por ello. Como mamá o papá, tal vez lo que más te moleste de esta situación es el hecho que te juzguen como papá más que él pase por la humillación. Debes tener claro que es lo que te está molestado más de su actuar.

En cuanto los premios te pregunto, en tu trabajo ¿te dan premios por hacer lo que te corresponde? En general la respuesta es no ¿cierto?, pero puede existir un refuerzo positivo, como buen trabajo, excelente, confiaba en que lo harías bien. Eso es una ideal y aconsejable, centrar la felicitación en la acción y no en la persona. ¿A qué me refiero? cuando decimos eres lo máximo, eres campeón, se inician las etiquetan y limitas la posibilidad de que puedan equivocarse, de cometer un error, “un campeón siempre gana, no pierde nunca” algo que crea ansiedad en los niños.

Trae un travesura o comportamiento inadecuado de tu hija o hijo, ¿puedes identificar consecuencia acorde a ella?

Como niña o niño, ¿qué refuerzo te hubiera gustado recibir?

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Descarga GRATIS
¿Al ser mamá te sientes como malabarista?

¿Quién nos dijo que debíamos tener todas las pelotas en el aire?

¿Qué pasa cuándo caen todas?

You have Successfully Subscribed!